El
miedo ni se premia ni se castiga, SE CONSUELA.
El miedo no es un comportamiento, es
una emoción y las emociones no pueden ser reforzadas.
Esta afirmación puede ser difícil de
entender para algunos, de hecho, está creando grandes debates en el mundo de la
educación canina.
Como sucede en muchas ocasiones
parecer ser un simple problema de semántica, de utilización correcta de la
terminología aplicada a la educación canina y su claro entendimiento.
Efectivamente las emociones pueden
ser intensificadas, aumentadas e incluso provocadas por estímulos bajo nuestro
control. Podemos provocar el miedo a un mono mostrándole la cara de otro mono
con miedo; las madres pueden provocar una reacción de miedo en sus hijos al
mostrar ellas mismas miedo; los perros pueden reaccionar al olor de un ataque
ansiedad humano reconociendo su esencia, hay muchos otros ejemplos que podrían
ilustrar este argumento.
La cuestión es, ¿si yo acaricio a mi
perro cuando muestra miedo, le estoy “reforzando” el miedo?
NO, EL MIEDO NO PUEDE SER REFORZADO.
Esto no significa que no pueda ser intensificado, pero como vamos a ver nada
tiene que ver una cosa con la otra.
“Refuerzo” es un término específico
de la terminología que se refiere a que si se aplica algo agradable tras un
comportamiento, este comportamiento tenderá a repetirse en el futuro. Sin
embargo, si el miedo viene seguido o unido a algo placentero para el animal el
miedo no aumentará, en cualquier caso disminuirá. Si “castigamos” el miedo, es
decir, aplicamos algo desagradable cuando se muestra miedo, aumentará de
intensidad. Por tanto vemos que ocurre lo contrario de lo que su terminología
describe (el castigo hace que disminuya la probabilidad de que el
comportamiento se repita en el futuro).
Menudo lío ¿no? Voy a intentar aclararlo.
Los términos refuerzo y castigo
tienen su propio significado dentro del condicionamiento operante y el efecto
contrario si los aplicamos al condicionamiento clásico ya que no pertenecen a
este campo.
Si tu “refuerzas” el miedo haces que
disminuya, si “castigas” el miedo haces que aumente, esta afirmación es una
contradicción en si misma ya que la terminología está siendo utilizada de
manera incorrecta. Vemos que por lo tanto sería más acertado decir, no se puede
“reforzar” el miedo. Los principios del condicionamiento operante no son por
los que se rigen las emociones.
¿Se puede intensificar el miedo? SI,
por supuesto, pero no mediante los canales del refuerzo y el castigo.
No podemos intensificar una
respuesta de miedo dando algo placentero al perro. Si las caricias dadas por el
propietario al perro cuando este muestra miedo fueran realmente “refuerzos
positivos” estaríamos diciendo que si le diese comida al perro en ese momento
haríamos que tuviese más miedo, ¿es esto cierto? Todas las cosas consideradas
“refuerzos positivos”” para un perro, es decir,” agradables”, caerían en la
misma categoría, y ¿Qué pasa si aplico estímulos agradables cuando un perro
muestra una emoción? ¿No queda unida esa emoción a esos estímulos agradables’?
¿No es esto condicionamiento clásico? ¿No es así precisamente esta técnica la
que utilizamos para ayudar al perro a superar el miedo a un estímulo?
Nos ayudaría a entender todo este proceso darnos cuenta que
el condicionamiento operante y el condicionamiento clásico son realmente
diferentes. Utilizan diferente terminología y se aplican en diferentes momentos
de la modificación de comportamientos. Para este entender toda esta
argumentación debemos estudiar estas
diferencias y utilizar la terminología de manera adecuada.
Es absurdo entrar en discusión sobre la teoría del
aprendizaje si no entendemos claramente los principios en los que se basan
estas teorías y manejamos de manera adecuada su terminología.
Este cuadro puede ayudarnos a entender estas diferencias.
CONDICIONAMIENTO CLÁSICO
|
CONDICIONAMIENTO OPERANTE
|
Un estímulo neurológico se
convierte en reflejo asociado. Ejemplo: el sonido de la campana se asocia a
la salivación.
|
El aprendiz opera en el
entorno y recibe una recompensa por determinada conducta. Ejemplo: el individuo
acciona una palanca y recibe comida.
|
Es el reflejo. Una simple
conducta innata en la que se produce una respuesta INEVITABLE e INVOLUNTARIA
ante una modificación de la situación ambiental.
|
No es un reflejo, el sujeto
debe realizar una actividad de manera VOLUNTARIA para obtener una respuesta.
|
Es una combinación de dos
factores, estímulo y respuesta. La conducta es interna e innata.
|
La conducta es externa ya
que tiene un efecto sobre el mundo exterior al individuo. La relación de la
conducta tiene un efecto que aumenta la probabilidad de que en condiciones
similares vuelva a aparecer la misma.
|
CUADRO DE CONTINGENCIAS aplicado en el
condicionamiento operante
PONER
|
QUITAR
|
|
BUENO
|
R+
|
C-
|
MALO
|
C+
|
R-
|
.
Por ejemplo, el ladrido por demanda, ¿que principios
utilizaríamos? ¿Es un comportamiento voluntario? ¿Modifica el perro con este
comportamiento el entorno? ¿La aplicación de refuerzo o castigo influiría en la
posibilidad de que el comportamiento se repita en el futuro? SI, por tanto hablamos de condicionamiento
operante.
El ladrido por miedo, ¿es un comportamiento voluntario? ¿El
animal puede cesar el comportamiento de manera voluntaria? ¿Que pasaría que
aplicásemos refuerzos y castigos? Dale premios de comida a un perro que ladra
por miedo y veremos que el ladrido disminuye, por tanto no encaja en absoluto
en los principios del condicionamiento operante, pertenece al condicionamiento
clásico. Esta es la principal razón por la que decimos que no se puede
“reforzar el miedo”.
Recuerda que las conductas emitidas mientras sentimos miedo
no son conductas voluntarias, no podemos controlarlas de manera voluntaria.
Cuando un perro muestra miedo
debemos utilizar los principios del condicionamiento clásico. Utilizaremos estímulos
que resulten agradables para el perro para contracondicionar esa respuesta de
miedo (esto es lo que confundimos con “reforzar” el miedo) o redirigiremos su
atención hacia otro estímulo. Utilizaremos los parámetros de distancia,
duración y distracciones para ayudarle a superar esa emoción.
CONSOLAR el miedo es lo más
lógico. Ayudarle a superar esa emoción mostrándoles nuestra tranquilidad y
apoyo emocional con cariño y respeto parece la manera más lógica de ayudar a
nuestro perro.
Si alguien te dice: no puedes acariciar a tu perro o cogerle
en brazos cuando muestra miedo deberíamos preguntarle ¿Por qué? Si te contesta que porque no puedes
recompensar su comportamiento porque de esa manera le estás diciendo que sentir
miedo está bien y aumentará su miedo puedes contestarle que “el miedo es
libre”.
No se puede controlar el miedo y sentir miedo es algo legítimo
y nada racional.
Cada uno tiene sus propios miedos y debemos respetarlo. Puedes
preguntar ¿si sintieses miedo a algo que la otra persona no le parece lógico,
te gustaría que te reconfortará, que te consolara ese miedo o que intentase
explicarte que estás siendo tonto teniendo ese sentimiento? Los miedos no
desaparecen ni aumentan de manera voluntaria, necesitan un tratamiento.
Si te contesta que no puedes
recompensar su comportamiento de miedo porque lo repetirán para conseguir ese
refuerzo, la respuesta parece aún más sencilla. Los perros no pueden fingir el
miedo para conseguir un trozo de salchicha, esto si que es absurdo.
Virginia Gallego.
Positive Dog Training Spain
Vet Trainer Canarias
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