¿Qué hago para que mi perro me deje de morder?.
Esta es una de las preguntas que me hacen con más frecuencia
y merece por tanto que le dediquemos nuestra atención..
A los propietarios de perros hay ciertas conductas que nos
preocupan y algunas pueden a llegar a sacarnos de quicio. Que nuestro perro nos
muerda es sin duda alguna algo que debería preocuparnos y hacernos buscar ayuda
profesional de inmediato.
Empecemos por el principio: los cachorros.
TODOS los cachorros muerden y realmente creo que es bueno
que lo hagan. Los cachorros utilizan su boca para “explorar” el mundo, cuando
juegan con otros perros o con sus compañeros de camada juegan a mordisquear y
les entretiene bastante “desgarrar y destrozar” todo aquello que ellos consideran
un juguete. Es importante que los cachorros muerdan, así les podremos enseñar
con más facilidad a controlar la fuerza de esos mordiscos. Mi maestro el Dr.
Ian Dunbar me enseñó que a los cachorros hay que enseñarles de manera
progresiva a disminuir la fuerza de sus mordiscos (lo que se ha dado en llamar
boca blanda) antes de enseñarles a no morder en absoluto.
Pero debemos distinguir entre un mordisqueo de cachorro,
jugando e incluso intentando llamar tu atención a un mordisco “potencialmente
peligroso”. En principio la gravedad de las heridas puede señalar fácilmente la
gravedad del mordisco, de hecho hay incluso una escala de nivel de gravedad del
mordisco según las heridas causadas.
Como en casi todos los problemas de conducta la prevención
es el mejor remedio pero vamos a repasar unos cuantos consejos para evitar
conflictos.
Tenemos que enseñar a nuestro cachorro a no hacernos daño
cuando juega mordisqueando. Te propongo
un ejercicio sencillo: coge un puñado de pienso, ofrece una bolita a tu cachorro
pero sin soltarla de los dedos, si te muerde para cogerlo, no se la des, di
“ay” y espera, seguramente tu cachorro habrá apartado el hocico, dile “muy
bien” y vuelve a ofrecérselo, si lo coge
con cuidado, dáselo, si no, repite el proceso anterior. Cada vez que juegues
con tu cachorro y te muerda fuerte, dile “ay” y detén el juego, pídele que se
siente antes de continuar jugando, si vuelve a morderte haz lo mismo…si te
muerde una tercera vez, dile “ay” y deja
de jugar con él, sal de la habitación. Nuestro cachorro aprenderá de esta
manera que si juega y muerde demasiado fuerte perderá la oportunidad de seguir
jugando y por tanto aprenderá a jugar de manera más moderada. Los perros
adultos también enseñan a los cachorros cuando sus mordiscos son demasiado fuertes
de la misma manera, cuando se pasan de brutos, dejan de jugar con ellos. Es
importante que tu cachorro juegue libre con otros perros, en cuanto sea posible
y tenga la vacunación completa sácale a menudo a la calle y busca un grupo de
perros “educados” con el que tu cachorro pueda jugar.
Cuando nuestro perro ya no es tan cachorro y sigue mordiendo
fuerte deberíamos seguir las mismas pautas para enseñarle a moderar sus
mordiscos pero si crees que ya no lo hace jugando si no que te muerde por otro
motivo mi mejor consejo es que busques la ayuda de un profesional.
Podemos también premiar con clicker cuando NO muerde durante el juego. El ejercicio de DEJA (del que ya hemos hablado otras veces) también puede ayudarnos.
Creo que el mejor consejo es: NO PEGUES a tu perro por
morderte. Parece obvio, ¿Qué crees que aprenderá?¿que no debe morderte?, es más
que probable que lo que aprenda es que tus manos son peligrosas, que puedes
hacerle daño y por tanto aprenderá a defenderse y morderá más fuerte y más
rápido. Y voy más allá: NO PEGUES a tu perro cuando te gruñe, el gruñido es una
forma de comunicación, nos dice claramente que algo no va bien, si el perro
suprime ese “aviso” puede que la siguiente vez que se sienta amenazado muerda
directamente.
Vamos a aclarar una
cosa:
Los perros aprenden de dos
maneras:
-por asociación y
-por consecuencia.
Debido a que hay dos maneras
de aprendizaje, los perros ven el mundo de dos formas:
-qué es seguro(bueno) o
peligroso(malo) para mi
-qué funciona o qué no funciona para conseguir lo que
quiero.
Lo que debemos entender es
que el mundo para ellos es seguro o peligro y funciona o no me funciona, no
entienden el concepto de correcto o incorrecto ni de bueno o malo. Los perros
no hacen cosas que nos molestan para vengarse de nosotros por haberles dejado
solos o por haberles regañado o porque se creen dominantes…ESTO ES UN MITO. Los perros solo hacen lo que es seguro para ellos y/o lo
que les funciona. Eso es todo.
Vamos a enseñar a nuestros
cachorros a aceptar con agrado nuestro manejo, vamos a enseñarle asociando con
comida que nuestras manos y nuestras manipulaciones son algo seguro, que no
tiene porque temer.
Vamos a enseñar unas pautas
claras para la convivencia en familia de nuestra mascota y le enseñaremos estas
reglas mediante los medios de educación canina en positivo, teniendo en cuenta
su naturaleza animal, leyendo su lenguaje corpoaral y sus señales de calma y
manteniendo su nivel de estrés al minimo. De esta manera evitaremos que nuestro
perro se vuelva a agresivo o que aprenda a morder para solucionar los
conflictos.
En un caso reciente la propietaria me llamó muy preocupada
por la conducta de su perro, se “había vuelto agresivo”.
Ella decía que no siempre había sido así, que era un perro
“dominante” que siempre había tenido carácter pero que nunca había mordido…pero
que últimamente “todo lo resolvía mordiendo”.
Un análisis en profundidad de la situación me llevó a
confirmar mis sospechas: la aplicación de los “métodos de sumisión” vistos por
televisión habían agravado el problema de inseguridad y miedo de un perrito de
4 kilos que había aprendido que gruñendo no entendían que quería que le dejasen
tranquilo y había pasado a morder para hacer entender a los humanos que no
quería que se acercaran, le tocasen o le molestasen.
El perro había tenido una lesión en la espalda y aunque ya
estaba plenamente curado seguía asociando cierto tipo de “abrazos humanos” con
dolor, por tanto no le hacía demasiada gracia que le tocasen y mucho menos que
le zarandeasen o le cogiesen en brazos. Por desgracia su propietaria pensó que
era inaceptable que su perro le gruñese cuando le tocase y siguiendo los
consejos de cierto programa de televisión comenzó a enseñarle a su perro “quien
manda aquí”.
Corregía y castigaba al perro por gruñir, incluso llegaba a
pegarle y ponerle panza arriba para demostrarle su “dominancia”.
El perrito estaba cada vez más aterrorizado, le daba mucho
miedo que su propietaria o cualquier otra persona le tocara, cada vez sentía
más miedo, encima ahora si le daba por quejarse (el gruñido es su forma de
quejarse, de hacernos saber que no está cómodo) lo más probable es que se
llevara un buen castigo, produciéndole aún más daño y más miedo.
Su ÚNICA opción era pasar al mordisco, si mordía a la
persona que le cogía por lo menos conseguía que le soltasen. Y aprendió a
morder, ahora, cada vez que alguien tenía intención de acercarse para tocarle o
cogerle, él tiraba el mordisco…y así conseguía la mayoría de las veces, que le
dejaran tranquilo.
Otras veces le pillaban desprevenido y como se le ocurriera
morder le castigaban con gritos o golpes…El problema se iba agravando rápidamente,
la casa se había convertido en un campo de batalla, la convivencia era
imposible.
Afortunadamente la propietaria pidió ayuda a tiempo a un
profesional.
En la primera sesión determinamos que el perro sufría un
nivel elevado de estrés (su propietaria también, dicho sea de paso) y que el
caso de agresividad que nos habían descrito era en gran parte debido al miedo y
a la frustración.
¿Cómo podríamos ayudar a esta familia?
Lo primero era restaurar la PAZ en la familia, se
prohibieron los castigos, los regaños, los gritos…y entonces surgieron las
primeras dudas : ¿y como le digo que no me muerda, como le enseño quién manda
aquí?.
Lo de mandar es algo muy humano, eso de ser “el líder de la
manada” parece que se ha convertido en la excusa perfecta para tiranizar a
nuestras mascotas. En mi casa no manda nadie, tenemos unas reglas de
convivencia que todos procuramos seguir. De eso se trata, de convivir de una
manera tranquila y agradable para todos. Vamos a enseñarle a nuestro perro que
queremos que haga, que esperamos de él, que cosas le podemos permitir y que
cosas de su naturaleza animal no nos resultan agradables.
Tenemos que analizar cada caso en particular, no todos los
perros con conductas agresivas muerden por el mismo motivo.
En este caso, el perro mordía en los siguientes casos:
-cuando le regañaban o pegaban por hacer algo mal. (en este
caso recomendamos al propietario que evite los castigos verbales o físicos y le
pedimos que haga un listado de esas cosas que el perro “hace mal” para
enseñarle con los métodos de educación en positivo a “hacerlas bien”).
-cuando le “hacen de rabiar” o juegan brusco con él (parece
evidente que si al perro no le gusta esa manera de jugar deberíamos RESPETARLE
y evitar ese tipo de manipulaciones).
-gruñe cuando le tienen cogido en brazos y alguien se acerca
(este caso puede tener varias motivaciones pero de cualquier manera
enseñaríamos al perro que la persona que se acerca no es peligrosa y le
ofreceríamos trozos de comida cada vez que alguien se acercara a tocarlo).
El perrito mordía y gruñía también en otras ocasiones así
que fuimos analizando cada una de ellas y estableciendo una pauta de actuación
para cada momento.
Enseñamos a la propietaria a comunicarse con su perro de
manera efectiva a través de los métodos de la educación canina en positivo.
Vimos uno por uno los comportamientos que le resultaban incómodos de su mascota
y le enseñamos comportamientos incompatibles. Por ejemplo, el perro saltaba y
ladraba a las visitas cuando llegaban a casa, le enseñamos a saludar sentado y
en silencio.
Hablamos largo rato sobre las señales de calma, como su
perro le decía con todo su cuerpo claramente cuando se sentía incómodo.
Tuvimos que aclararle que no todo lo que se ve en televisión
es cierto ni aplicable n casos reales, hablamos sobre la dominancia y sobre
cómo aprenden los perros en realidad.
Recomendamos también un programa de reducción de estrés que
incluía paseos largos y agradables con grandes dosis de estimulación mental y
unos cuantos ejercicios sencillos de obediencia básica.
Semana a semana fuimos siguiendo los avances del perro y su
propietaria, ayudándoles y guiándoles para continuar el proceso de educación.
El proceso duró unos meses pero dio sus frutos y ahora podríamos decir que
conviven agradablemente. La propietaria casi no se acuerda de cómo se
comportaba su perro y ahora solo nos cuenta lo maravillosos que es, la cantidad
de cosas que ha aprendido y lo bien que se porta.
Este es uno de los muchos casos que se solucionan con éxito.
Si tu perro te muerde es muy importante que analices la situación y busques la
ayuda de un profesional.
Virginia
Gallego.
Que interesante tu post. Si las mascotas a veces siempre tienen comportamientos agresivos que no comprendemos y me parecen muy acertados tus consejos. CON los gatos también sucede que muchas veces un dueño se queja de que su gato le ha arañado o mordido y casi siempre pensamos que es por algo personal o como venganza, pero no es así. Las mascotas no son vengativas, si lo hacen de cachorros lo hacen por que les están saliendo los dientes, claro como bien dices en esta articulo tan soberbiamente redactado. Y si lohacen de adultos, la cosa cambia ya que posíblemente tengas que acudir a un profesional aunque en primer lugar deberías reflexionar como le has educado, si le has enseñado disciplina mediante un correcto adiestramiento etc, las causas pueden ser miles. mariacabeza.com
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